lunes, 20 de septiembre de 2010

Periodistas con miedo y sin oficio

Diario de Juárez se rinde ante quienes amenazan su trabajo. ¡Carajo!, ¿alguien se imagina un editorial así de despreciable hace apenas veinte años? "Señor presidente, ¿qué quiere de nosotros?" Qué pena, es de pena ajena... Y no es una vileza, Ciro, aunque desde luego se entiende y se comparte la indignación por el asesinato de su reportero. El problema es otro.

"Como trabajadores de la información queremos que nos expliquen qué es lo que quieren de nosotros, qué es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar"... Reconocen a los criminales como “las autoridades de facto, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo”. Bueno, ¿y por qué bajarse el pantalón ante la autoridad, cualquier autoridad?

Una pista para explicar esta cobardía y falta de ética profesional es su mención a "esta guerra en la que ustedes y el gobierno federal se hallan" (yo subrayo). Ellos como periodistas no participan, como seguramente no participaron en la prevención. E incurren en la imbecilidad de que el presidente Felipe Calderón emprendió la campaña contra el narcotráfico "para conseguir la legitimación que no obtuvo en las urnas".

El editorial del lunes de El Universal, que dirige el periodista Jorge Zepeda Patterson, apunta en la dirección correcta: "¿Cómo llegamos a esto? Pedir explicaciones a los criminales ante el silencio criminal de los gobiernos". ¿Cómo llegamos a esto?, ¿qué hicimos y qué dejamos de hacer los periodistas para llegar a esto? Es lo que se debe discutir. Y resolver.

En su editorial del día siguiente, El Universal insiste en la misma línea de culpar al gobierno federal, seguramente con razón pero eludiendo la crítica a la actitud de Diario de Juárez. En cambio, Carlos Marín (periodista, director de Milenio) sí acusa: "En cuanto lo que no se puede además es imposible y empresa y trabajadores del Diario de Juárez están convencidos de no poder ejercer el periodismo, ¿por qué no cierran el periódico y se dedican a otra cosa, en vez de capitular ante la delincuencia?"

Ya el viernes, El Universal hace un llamado puntual: "Necesitamos establecer protocolos de seguridad, mecanismos de reacción inmediata ante amenazas y agresiones, unificar prácticas mínimas de conducta editorial en la cobertura de hechos violentos, de tal manera que, sin renunciar a nuestra labor de informar puntualmente lo que pasa en la sociedad (yo subrayo), podamos proteger la vida de nuestros compañeros de profesión, así como los derechos y la dignidad de las víctimas. Acuerdos básicos sólo pueden surgir de los propios medios".

El subsecretario de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Gobernación, Felipe Zamora, informó el mismo lunes 20 que a finales de este mes de septiembre detallarán los mecanismos de protección para periodistas. La tarde del mismo día, el vocero del gobierno federal Alejandro Poiré rechazó que cualquier actor del Estado (yo subrayo) pueda pactar con delincuentes: "negociar, postergar o suspender la lucha contra el crimen organizado, lejos de desaparecer la amenaza de la violencia, implicaría someterse a la ley de quienes agreden para intentar disuadir la acción del Estado y perpetuar su acción impune".

Aunque resbaló afirmando -sin ninguna averiguación concluida- que el asesinato del reportero no tiene relación con su oficio, Diario de Juárez había resbalado antes en el sentido contrario pero igualmente equivocado... impropio de periodistas profesionales.