lunes, 8 de octubre de 2012

La narración radiofónica

El programa académico de la novena Bienal Internacional de Radio, que se realizó del 1 al 6 de octubre en la ciudad de México y que fue posible seguir en internet, pronto encontró un motivo de importancia central: la narración radiofónica, la narratividad de la radio, la narratividad en la radio. Estos son unos primeros apuntes para un ensayo mayor, con lo que quiero iniciar un seminario en el próximo encuentro de productores de radio para niños en Zacatecas.
Extraordinariamente estimulante Jesús Martín Barbero en la primera conferencia magistral. La radio: ¿cómo puede morir el único medio que habla desde la oralidad?, que es no el pasado del mundo sino su futuro; el mundo digital tiene mucho más que ver con la oralidad que con la palabra escrita; un viejo-nuevo, novísimo objeto de estudio que no ha dejado de transformarse, como no ha dejado de transformarse el habla de la gente; lo digital está más cerca de lo oral que de lo escrito; el chat es una transcripción de lo oral, no es escritura, no se le puede pedir la ortografía de la escritura; internet, como lo oral, es el mundo de lo efímero, la escritura en internet es otra cosa; internet no es un medio más: es otra cultura, que desestabiliza lo escrito y transforma lo oral: lo que está en crisis son las narrativas...
Más de Barbero: los nuevos relatos están en los videojuegos... contar significa hacer relatos, pero también ser tenido en cuenta, y hacer cuentas: hay que saber contarse... Y también: la derecha, y la izquierda, confunden lo público con lo estatal... público es lo que ponemos en común Estado (uno) y sociedad (diversísima)... Y por fin: no hay que saber leer para ser buen ciudadano, hay que saber escribir: derecho a informar y no sólo a ser informado (derecho a hacer radio y no sólo derecho a escuchar radio)...
Algunas observaciones no por repetidas menos atractivas de Néstor García Canclini, en la segunda conferencia magistral: el riesgo para la radio no es la espectacularización sino la verborrea, el gran desafío de la radio es cómo hablar del silencio... habitamos la ciudad con los oídos, las recientes tecnologías de la información dan alternativas orales para probar otros sentidos, propician mayor libertad a los usuarios en intercambio con otros, otra visión de la ciudad se nutre del habla... si la radio está viva es por su capacidad de acompañamiento, porque llega mucho antes a lo que sucede... en cualquier lugar encuentra a sus audiencias, tiene mayor libertad para hablar de todos los temas, la narrativa radial incorpora actores ausentes en otros medios, los individualiza desde su especificidad local... la radio no acaba de decirnos todo, y a nosotros nos falta aprender a escucharla...
Alejandro Piscitelli y su explosiva incitación a imaginar y a inventar con otras formas, en la cuarta conferencia magistral: somos hijos de los relatos, el arrullo materno y su nostalgia... pero actualmente existen ficciones inmersivas, acciones performativas, transmedia: un nuevo modo, un nuevo orden narrativo está operando, necesitamos aprender a contar de una forma distinta y por tanto necesitamos una dinámica de trabajo distinta... un equipo interdisciplinario pero no en el sentido convencional: que cada persona sea dos o tres personas diferentes, cada uno multidisciplinario en sí mismo... no aprende la cabeza, aprende el cuerpo, estamos acostumbrados a enseñarle a la cabeza nada más, pero es totalmente distinto: necesitamos generar dispositivos que exigen la intervención, diseñar interfases para trabajar en grupo, nuevas formas de interacción... un diseño participativo, enjambres de ideas, fusiones y cruces de líneas, devolver valor a la cultura de la experimentación, a la cultura del fracaso (la escuela aborrece el fracaso, la escuela sólo recompensa el éxito, la reproducción de lo instituido)... cómo construir postorganizaciones que hagan pasar del genio individual al genio colectivo: bandas creativas... aprender a enseñar con la boca cerrada, aprender a aprender con todos los sentidos...
Omar Rincón, divertidísimo, hablando de los formatos radiofónicos en la quinta conferencia magistral, “cuatro relatos y un final feliz”: no importa el contenido, importa la narrativa... primero, las lecciones de los maestros: una revancha de lo escritural, una nueva oralidad / el problema de la radio no es que sea espectáculo, es que habla demasiado: no es hablar, es narrar lo que hay que hacer en la radio / cómo desde la comunicación se puede producir ciudadanía / hoy crear en comunicación es crear en banda... segundo, tres “meteoritos” que han cambiado la comunicación: internet, ciudadanía, nuevos sujetos, que requieren nuevas narrativas, que no hemos convertido en nueva comunicación... tercero, la radio está demasiado formolizada, huele a cadáver: se oye una emisora y se oyen todas; en la radio más que contarnos historias quieren ilustrarnos, el abuso de los efectos sonoros que no deja oir; pausas para abrir el diálogo con el oyente: dar tiempo para la conversación; estamos perdiendo la capacidad de seducción, que es contar historias... cuarto, repensar la radio: cuál es el lugar cultural de la radio, en qué ritual cultural entra la radio, o no podremos hablar a la sociedad; repensar los discursos, seguimos hablando como si la realidad no cambiara; inspirarnos en nuestras oralidades, practicar lo popular: no se basa en la producción de conocimientos sino en la producción de reconocimientos, todos los tonos tienen derecho de expresión radiofónica; ¿dónde está la calidad?, el valor está en la colectividad que genera, en los temas de conversación que propone; el primer objetivo es narrar bien: la radio es conversación y compañía, la radio no es de profundidad sino de navegación; el guión es un atentado si no es algo que diga narrativamente a dónde quiero llevar al oyente, qué camino le propongo; cada historia tiene su forma de contar, que se debe descubrir... happy end: hoy lo que importa es producir experiencias; tener qué decir y ganarse la escucha; recordar que la radio es ritmo: ¡a hacer radio bailando!... bárbaro.
José Iges cierra anticlimáticamente, con la sexta conferencia magistral que sin embargo continúa y concluye también el seminario Resonantes que él curó: el silencio absoluto no existe, y no hay dos silencios iguales... la costumbre de habitar un lugar y la costumbre de percibirlo sensorialmente... interferencia, sobreponer paisajes sonoros: arqueología de sonidos, traer sonidos naturales a entornos urbanos... no una amplificación sino una interferencia, un doble paisaje doblemente acústico que genera otro tipo de percepciones y de comportamientos...
Muy interesante la intervención de James Llul, que intenta una analogía entre la teoría de la comunicación y la teoría de la evolución, en la segunda mesa de discusión: somos comunicadores naturales; como las abejas: somos individuos en sociedad... las audiencias de la radio son formas de organización social, una manera de pensar anónima, grupal; la radio da confianza en personas no conocidas... las redes sociales son extensiones de las herramientas originales del homo habilis; ahora hay una explosión de formatos, cambios en la experiencia de ser miembro de una audiencia... en la actualidad, con individuos fragmentados y dispersos, ¿qué significa comunidad?, ¿todavía se pueden formar comunidades con la radio?, ¿cuáles formatos funcionan mejor?...
Mariano Cebrián, profuso y divagante, en la tercera mesa de debate, habla del big bang o la expansión de la radio y la necesidad de entenderla en la integración de plataformas de comunicación: cuando se diseña el producto sonoro, pensar en cómo explotarlo en cada plataforma, combinar usos para enriquecer el mensaje y hacerlo llegar de la mejor manera; cross media, un salto más allá deuna única plataforma (AM, FM, satelital, internet, smartphone)... debemos plantearnos de qué radio hablamos, usamos de forma abstracta el término: examinar las sinergias y la diversidad de plataformas en las que la radio puede aparecer... entender al espacio virtual como espacio público, todo lo que ahí aparece deja de ser íntimo... nuestras conversaciones cotidianas llegan a las redes sociales, desde la chabacanería hasta la competencia con el periodismo... sectores que no funcionan de manera aislada o enfrentada, el gran desarrollo ahora es que se está produciendo otro ámbito de comunicación...
Gabriela Warkentin, en la quinta mesa, llama la atención sobre la multiplicación de contenidos que realmente significa fragmentación de escuchas: se dice que estamos en la sociedad de la conversación, pero ahora -ojalá que sea un momento previo- realmente estamos en una sociedad del ruido: todos hablamos y nadie escucha... más que conversar, estamos en una exploración constante de los propios contenidos... el encuentro con el otro se vuelve prácticamente imposible: en nuestra preocupación por llenar espacios de silencio, llegamos al tiempo de gritar, ¿quién va a escuchar todos esos contenidos?, ¿cómo vamos a crear a nuestras audiencias?... sigo a, soy amigo de la gente que piensa como yo y ve el mundo como yo: la fatiga informativa nos lleva a encerrarnos en nuestras burbujas... los que hacemos radio no escuchamos, la audiencia no es interpelada, está creando sus propios contenidos... la necesidad de buscar una fórmula de diálogo en torno de los contenidos, pero sobre todo de una producción con lógica en red, pero nos unimos en red para resolver problemas de producción y no para compartir la creación de sentido, cómo crear nuevas redes en un mundo que exige una flexibilidad diferente...
Por cierto, un par de horas después Omar Rincón la criticó, con razón: ella también habló y no se quedó a escuchar...
Ricardo Haye, otra vez, en la sexta y última mesa, aunque con menos fuerza que en su intervención de la víspera en el seminario Resonantes: reconsiderar el concepto de fugacidad de la radio, los textos sonoros ahora están fijos, permanecen en la red, permiten elegir la posibilidad de la escucha... también reconsiderar la unisensorialidad de la radio: una tela pintada puede tener equivalentes en un lienzo sonoro, la radio puede actuar sobre las emociones y las sensaciones, una exacerbacón sensorial... pensar la radio con imágenes, representaciones mentales generadas por una variedad de estímulos sensoriales... atreverse a pensar en expandir los órdenes de percepción de la radio, la radio misma está sobrepasando sus límites históricos... audacia, experimentación, ideas y formas insuficientemente desarrolladas para crear nuevos estímulos que reorganicen sus conceptos artisticos... (aunque los ejemplos que presentó sonaron de lo más convencional).
La ficción radiofónica apareció también desde la primera mesa del seminario Resonantes, con el estimulante Ricardo Haye: de tramas y pesonajes, la radio se ha vaciado de relatos... es necesario un nuevo estatuto para la ambigüedad (sin ambigüedad no hay ilusión y sin ilusión no hay arte), recuperar el espacio de los relatos... tres citas de Nietszche: primero, los mensajes que se guardan en los pliegues de una historia son más cautivantes (la razón narrativa), una forma de conocimiento y comprensión distinta a la discursiva... segundo, el género del futuro será el fragmento, ¿qué mayor sensación de ausencia que la incompletiud de una escriturea fragmentaria?, la insinuación que nada explicita, la evocación no mediatizada de una posibilidad que se anuncia y no se enuncia... la radio en tiempos de fragmentación: pautas nuevas en la recepción y en la comprensión de los mensajes... atención a la fragmentación en el nivel de la recepción, secuencias sin sentido, inconexas e incluso contradictorias... el fin de los largos parlamentos ante la menguante atención que los propios medios contribuyeron a instalar, ¿cómo contar hoy?... tercero, la fantasía, una posibilidad notable para comprender la realidad: ¡la sonoridad de una habitación vacía!... límites dinámicos ante audacias expresivas... la radio que no interpela a los sentidos contribuye a que continúen atrofiados... prestar voz radiofonica a lo que no es, a lo que podría ser, a lo que no será nunca... reclamar a nuestra radio que nos arrulle con relatos, que vuelva a seducirnos con aquel cálido “te voy a contar”...
Dejo pendiente una edición más intencionada de todas estas ideas en el sentido del seminario que imagino, pero ya están aquí todos los elementos sobre los que quiero seguir trabajando en un ensayo-seminario-taller-curso-libro o qué sé yo ahora sobre el guión radiofónico, particularmente el que se usaría en un programa para niños. Vale.