El periodismo
cultural que se hace y se lee -se escucha, se mira, se sigue- en
Aguascalientes es escaso y mediocre. Es un problema complejo, son
numerosos y diversos sus agentes, y por tanto su solución también
es compleja, y cada parte debe hacerse cargo de su posición en este
círculo vicioso y comprometerse a ubicar y seguir puntos de fuga, a
reconocer y fortalecer los espacios de contacto con el conjunto de
protagonistas: periodistas, editores, propietarios y directores de
medios (privados y públicos), anunciantes, estudiantes y sus
maestros, investigadores...
Y los públicos:
lectores, radioescuchas, televidentes, seguidores de blogs y redes
virtuales, periodistas amateurs. Públicos acostumbrados y
conformados por una oferta ocasional, mal hecha, y así condicionados
a una demanda poco exigente y rigurosa.
El proyecto
El Seminario de
Periodismo Cultural en Aguascalientes se ha propuesto como un espacio
para la documentación y la reflexión sobre el periodismo cultural
que se ha hecho, que se hace, que se debe hacer y que se puede hacer
en Aguascalientes, en todas sus formas y plataformas, por los
periodistas y por los lectores interesados en el arte y la cultura en
la región. El periodismo cultural se entiende como el periodismo que
acompaña a la cultura.
El objetivo del
proyecto ha sido la integración de un seminario que documente y
organice la discusión acerca del periodismo cultural en
Aguascalientes. Aprobado para participar en el Programa de Estímulo
a la Creación y el Desarrollo Artístico de Aguascalientes (PECDA),
durante el año 2016 el seminario ofreció organizar cuatro mesas de
discusión sobre el periodismo cultural en Aguascalientes, así como
el diseño y puesta en línea de un sitio en internet, abierto e
interactivo.
Al final del ciclo
que se inició en febrero de 2016, y que culmina ahora, el Seminario
de Periodismo Cultural en Aguascalientes logró, con la beca del
PECDA, consolidarse como un espacio permanente de encuentro y
reflexión sobre el periodismo cultural en Aguascalientes,
visibilizarse en medios de comunicación y universidades, vincularse
con instituciones públicas y privadas, federales, estatales y
municipales, y asegurar su continuación con otros patrocinios y con
recursos propios.
Durante estos doce
meses fue posible convocar no a cuatro sino a cinco mesas de
discusión, con la regularidad comprometida. Todas las
participaciones fueron grabadas, y se encontrarán en internet para
continuar la conversación:
- “Mesa de Primavera. El periodismo cultural en la radio y la televisión de Aguascalientes”, con Jaime Arteaga y Humberto Capetillo, el jueves 4 de febrero de 2016 en CIELA Fraguas.
- “Mesa de Verano. La crítica del arte y la cultura en Aguascalientes”, con Juan Castañeda, Rodolfo Popoca y Sofía Ramírez, el viernes 8 de julio de 2016 en CIELA Fraguas.
- “Coloquio de Periodismo Cultural. La formación de los periodistas culturales en Aguascalientes”, con Manuel Appendini, Salvador de León y Paula Nájera (“La formación académica de los periodistas culturales en Aguascalientes”), y con Edilberto Aldán, Ángel Mejía, Julieta Orduña y Alan Santacruz (“La formación práctica de los periodistas culturales en Aguascalientes”), el sábado 29 de octubre de 2016 en el Archivo General Municipal.
- “Mesa de Invierno. El periodismo cultural y la formación de públicos”, con Miryam Almanza, Luis Arturo Rosas Malacara e Itzel Ruiz Sosa, el viernes 3 de febrero de 2017 en el Pabellón Antonio Acevedo Escobedo.
Además, se
organizaron la conferencia “José Emilio Pacheco, periodista”,
por Edilberto Aldán, el miércoles 29 de junio de 2016 en el
Pabellón Antonio Acevedo Escobedo, y la presentación editorial en
Aguascalientes de la Colección Periodismo Cultural de la Secretaría
de Cultura federal, por Mireya Vega y Carlos Reyes Sahagún (tutor
del proyecto por el PECDA), el sábado 29 de octubre de 2016 en el
Archivo General Municipal.
El trabajo del
Seminario de Periodismo Cultural en Aguascalientes fue posible
durante este año con los recursos del PECDA, pero también con
diversos apoyos del Centro de Investigación y Estudios Literarios de
Aguascalientes (CIELA Fraguas) y del Pabellón Antonio Acevedo
Escobedo de la Biblioteca Enrique Fernández Ledesma, del Instituto
Cultural de Aguascalientes (ICA), además de la participación del
Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (IMAC), del
Departamento de Comunicación de la Universidad Autónoma de
Aguascalientes (UAA), y de la Subdirección de la Colección
Periodismo Cultural de la Secretaría de Cultura federal.
Por otra parte, la
“retribución social” por la beca del PECDA permitió continuar
el proyecto hacia otros públicos, y colaborar con otras
instituciones. Para cumplir con este compromiso impuesto por la
convocatoria, se ofrecieron las siguientes acciones:
- Un taller de periodismo cultural de 10 horas en el Centro Gerontológico del DIF estatal, con nueve de sus usuarios y colaboradores, el lunes 5, el martes 6, el miércoles 7, el jueves 8 y el lunes 12 de septiembre de 2016.
- Un taller de periodismo cultural de 10 horas en la Universidad La Concordia, con diecisiete estudiantes de comunicación y relaciones públicas que han sido o podrían ser colaboradores del IMAC, el sábado 21 y el sábado 28 de enero de 2017.
- La conferencia “El periodismo que acompaña a la cultura”, a nueve colaboradores del Laboratorio Universitario de Periodismo de la UAA, el viernes 28 de octubre de 2016.
Las mesas de
discusión, de acuerdo con el proyecto aprobado por el PECDA, fueron
registradas en audio, transcritas y editadas para su publicación en
internet, provisionalmente en el blog interactivo
aguascultura.wordpress.com/seminario
En Facebook se
crearon “eventos” para anunciar la “Mesa de Primavera”, la
“Mesa de Verano”, el Coloquio de Periodismo Cultural y la “Mesa
de Invierno” del Seminario de Periodismo Cultural en
Aguascalientes, en donde se encuentran fotografías, presentaciones
curriculares de los participantes, y enlaces a diversas publicaciones
relacionadas con su difusión y cobertura.
Los orígenes
El origen del
Seminario de Periodismo Cultural en Aguascalientes es la celebración
del milagroso primer aniversario de la sección de información
cultural que durante catorce meses edité en el diario El Sol del
Centro. Desde el viernes 19 de septiembre de 2014 hasta el martes
1 de diciembre de 2015, se publicaron 295 páginas de información
cultural, de lunes a viernes. A veces, dos y hasta tres notas.
Siempre, con dos o tres fotografías, también propias. Resúmenes de
todas estas publicaciones se encuentran en la página
www.facebook.com/laculturaenelcentro en donde la víspera se
publicaba un adelanto. (De esta manera se procuraba que aumentara la
compra del periódico impreso al día siguiente, aunque es imposible
tener información al respecto).
Se propuso al Centro
de Investigación y Estudios Literarios de Aguascalientes (CIELA
Fraguas) del Instituto Cultural de Aguascalientes, entonces a cargo
de la maestra Mariana Torres Ruiz, que se organizara ahí una mesa
redonda para platicar del periodismo cultural en Aguascalientes. En
CIELA Fraguas yo había estado coordinando un taller de periodismo
cultural, que se inició en febrero de 2013 y fue suspendido, con
todos los demás talleres libres, en junio de 2016, y que durante
siete generaciones atendió a 35 personas de diversas edades,
formaciones e intereses.
La maestra Mariana
Torres Ruiz aceptó la idea, pero la tomó para realizarla como parte
del programa de la Feria del Libro Aguascalientes, de la que también
era responsable. La mesa “El periodismo que acompaña a la cultura”
sucedió el domingo 27 de septiembre de 2015, en el segundo patio de
la Casa de la Cultura Víctor Sandoval. Participaron Ricardo Esquer
(escritor), Salvador de León (académico) y Julieta Orduña
(periodista), y yo mismo como moderador.
Durante la
preparación de esta mesa entendí que se trataba de un ejercicio
necesario, que no sólo debería repetirse sino que debería ser
regular. Al menos en cada una de las estaciones del año. De manera
que esa mesa inicial habría sido la “Mesa de Otoño” de 2015, y
de ahí se desprendió lo que sería la “Mesa de Invierno”: el
jueves 4 de febrero de 2016 (en CIELA Fraguas) Ricardo Esquer habló -con comentarios de Gustavo Meza- de la experiencia del suplemento literario dominical “El Unicornio”
que El Sol del Centro, entonces dirigido por José Ángel
Martínez Limón, publicó de 1983 a 1990.
La cultura en el
centro
La de El Sol del
Centro fue la única sección de información cultural en la
prensa de Aguascalientes durante aquellos catorce meses. No tenía
antecedentes, y aun ahora no tiene réplicas.
El único otro
diario que publica información cultural, que es La Jornada
Aguascalientes, primero no publica todos los días, segundo no
publica sólo información propia (casi siempre copia textualmente,
sin ninguna edición, los boletines de prensa que producen el
Instituto Cultural de Aguascalientes, el Instituto Municipal
Aguascalentense para la Cultura, la Universidad Autónoma de
Aguascalientes, o la Secretaría de Cultura federal, aunque
ciertamente mantiene la decencia de mencionarlo: “Con información
de...”), y tercero no siempre se refiere específicamente o
exclusivamente a lo que sucede en Aguascalientes o lo que hacen los
creadores o los promotores del arte y la cultura de Aguascalientes.
Dicho de otra
manera, éstas fueron las características formales de la sección de
información cultural de El Sol del Centro: primero, se
publicaba regularmente, todos los días (de lunes a viernes);
segundo, nunca reprodujo boletines de prensa, aunque desde luego los
utilizaba (sí reproducía fotografías generadas por instituciones o
artistas, no sólo porque no siempre era posible tener las dos o tres
imágenes con las que se acompañaba cada texto, sino porque ésas
fotografías tenían un valor informativo insustituible).
Tercero, lo más
importante en aquel proyecto de información cultural: su propósito
expreso era no sólo dar cuenta puntual y oportuna de lo que sucedía
en el arte y la cultura de Aguascalientes sino, sobre todo, a partir
de esto contribuir a la construcción del orgullo de ser y estar en
Aguascalientes.
Con una visión
glocal, la sección de información cultural de El Sol del
Centro atendía exclusivamente a lo que sucedía en
Aguascalientes, a lo que hacían -dentro y fuera de Aguascalientes-
los creadores locales, o a lo que sucedía en el exterior que se
refería al arte y la cultura de Aguascalientes.
Para lograrlo, no
sólo atendía la información de la cartelera (efemérides,
inauguraciones, estrenos, presentaciones y festivales), sino que
además se interesaba por el amplio universo de la cultura que se
encuentra en la calle, el gran surtidor de temas y personajes
para el periodismo cultural.
Por otra parte,
además de las fuentes institucionales, procuraba acercarse
directamente a los artistas, foros y festivales independientes.
Finalmente, ofrecía
no sólo la noticia convencional, sino que con frecuencia utilizaba
otros géneros del periodismo para satisfacer a su público,
que sabía muy diverso (y poco habituado a la temática y la
narratividad propías del periodismo cultural): entrevista,
reportaje, crónica, ensayo.
Esto es, los géneros
propios del periodismo de información cultural, que
eventualmente podrían sustentar un inicio para el inexistente,
indispensable, ahora paupérrimo periodismo de opinión
cultural en Aguascalientes: la crítica.
Los antecedentes
lejanos de la sección de información cultural de El Sol del
Centro se encuentran -¡en 1998!- en la propuesta de una “plana
nacional cultural” para los -entonces- 56 diarios de Organización
Editorial Mexicana.
Con este esquema, en
la redacción de El Sol de México -además de la
actualización diaria de las páginas en internet de todos los
diarios de OEM- se preparaba, todos los días, una página con un
resumen de información nacional e internacional, que compartían
como portada de una sección secundaria todos los periódicos de la
cadena.
La propuesta fue
aceptada por el vicepresidente de información Guillermo Chao, pero
se canceló por repentinos cambios directivos justo cuando estaba
lista para iniciar su publicación: la nueva directora nacional de
información, Pilar Ferreira, por fin removida recientemente, nunca
se interesó por la información cultural. Lo habitual.
Mucho después
inicié -en octubre de 2010- la publicación de la columna semanal
“De cultura”, que se publicaba en un suplemento político
encartado los martes en siete diarios de OEM: El Sol de México,
el periódico insignia de la cadena, y además en El Sol del
Bajío, El Sol de Cuernavaca, El Sol de Tlaxcala,
El Sol de Toluca, Diario de Xalapa, y El Sol del
Centro en Aguascalientes.
Compilé 165 de esas
columnas -que publiqué hasta febrero de 2014- en el libro “Mil y
un días De cultura”, una edición de autor de muy pequeño tiraje
que circuló desde junio de 2014, particularmente en Aguascalientes.
Con estos
insistentes antecedentes, luego de cuatro años de insistencia ya en
Aguascalientes, y tal vez debido a algún impacto decisivo por la
publicación de este libro, por fin se aceptó iniciar la sección de
información cultural de El Sol del Centro, como ha sido
descrito, con la dirección de Francisco Gamboa. Hasta el día en
que, sencillamente, el nuevo director Mario Mora me dijo que le
habían ordenado que ya no pagara honorarios, y jamás fue posible mi
incorporación formal a la nómina del periódico. Ya se sabe: “no
hay dinero”.
La sección de
información cultural de El Sol del Centro se suspendió mucho
antes de poder empezar a caminar hacia lo que era su próximo
horizonte: iniciar o fortalecer las secciones correspondientes en los
diarios de OEM de la región (El Occidental en Guadalajara, El
Sol de San Luis en San Luis Potosí, dirigido por el mismo José
Ángel Martínez Limón de tan grata memoria para el periodismo
cultural en Aguascalientes, El Sol de Zacatecas), pese a
alguna colaboración incidental con Diario de Querétaro y El
Sol de Morelia: así ha tenido que suspenderse el primer intento
del proyecto -no olvidado, todo lo contrario- para fundar una agencia
regional de información cultural.
¿Por qué menciono
todo esto, tan personal, tan aparentemente ajeno al tema? Porque,
creo, dibuja las condiciones en las que se intenta hacer y publicar
periodismo cultural en México, y en Aguascalientes.
Ciertamente, la
hechura del periodismo cultural en Aguascalientes es más, mucho más,
el resultado de la obstinación personal de los periodistas, que de
una estrategia empresarial de los anacrónicos empresarios, o que de
una política pública de las pasmadas autoridades culturales o
universitarias.
El modelo de
negocios de las empresas periodísticas de Aguascalientes, que
inevitablemente (que evidentemente) condiciona el modelo de
periodismo de tales empresas, no se basa en la relación de los
periódicos con sus lectores.O mejor: sí se basa en la relación del
periódico con sus lectores, pero los únicos lectores que les
interesan son sus patrocinadores -en las oficinas de prensa
gubernamentales-, que acaso los leen sólo para asegurarse de que se
publicó lo que pagaron por que se publicara.
Los lectores de los
periódicos impresos de Aguascalientes -y los radioescuchas de las
radiodifusoras, y los televidentes de las televisoras-, en el caso
particular del arte y la cultura, no son los creadores o sus
públicos. Sus lectores son sus patrocinadores: sus lectores son
funcionarios o burócratas estatales y municipales y universitarios. Pocos y desinteresados.
Es la realidad del
periodismo en Aguascalientes: las empresas periodísticas son más
empresas que periodísticas. Buscan legítimamente la ganancia de su
operación pero, con más o menos cinismo, ignoran que el periodismo
es un servicio público, y renuncian a la búsqueda de soluciones
alternativas para hacerlo sustentable en el sentido contrario al
habitual: los lectores. Y los lectores pagan este desprecio con su
propio desprecio: (casi) nadie lee periódicos en Aguascalientes.
Procurando un
espacio para continuar mi sección de información cultural, Agustín
Lascazas, subdirector general de Hidocálido, poeta, se quedó
en el lugar común de que “la gente no lee”, no le interesa la
cultura, no compra cultura. Edilberto Aldán, director editorial de
La Jornada Aguascalientes, narrador, me dijo con una franqueza
que sigo agradeciendo que no me ofrecía empleo porque la paga era
indigna.
Y se cierra el
círculo perverso. Si la gente no lee periódicos, y si a los
periódicos los únicos lectores que les importan son sus
patrocinadores gubernamentales, si las universidades no han podido o
no han querido animar vocaciones hacia el periodismo, si en el
horizonte profesional de los estudiantes -y de los investigadores- no
se encuentra el periodismo cultural...
Todavía ahora,
quince meses después de que se publicó por última vez la sección
de información cultural de El Sol del Centro, ocasionalmente
me encuentro con quienes, incluso compañeros periodistas,
bondadosamente me preguntan “¿cómo va tu columna?” No era una
columna sino una sección, aunque al final inició una columna
informativa que ya no hubo tiempo de desarrollar; y lo más
importante: si en quince meses no se enteraron de su muerte, puedo
imaginar que tampoco se interesaron por su salud durante su breve
vida.
La radio y la
televisión
Las consideraciones
que hago acerca del periodismo cultural, desde luego, las hago
válidas no sólo para lo que más conozco, que es el periodismo
impreso. Creo que valen asimismo para la radio o la televisión, para
cualquier plataforma o “soporte”. Así lo confirmamos en la “Mesa
de Primavera”, que dedicamos a platicar sobre el periodismo
cultural en la radio y la televisión de Aguascalientes.
La cultura sí le
interesa a los públicos de la radio y la televisión, se dijo ahí:
“el periodismo es algo más que la vulgaridad de las planas
policiacas”, al público pueden gustarles los reportajes amplios de
temas históricos, por ejemplo. Aunque el periodismo cultural,
particularmente el que se hace en la radio y la televisión, sigue
sujeto a los prejuicios de los más viejos (envejecidos) editores y
directores: “lo más importante es la publicidad”, un principio
por el que puede llegarse a mutilar un programa para insertar un
anuncio comercial. Una conclusión provisional: “al público le
interesa la cultura, solamente hay que dársela, y también es
importante encontrarse con directivos interesados en el tema”.
Como complemento del
problema, el prejuicio apresurado de que “la televisión es una
caja idiota que seca los cerebros de los televidentes”, y de ahí
el desprecio del medio por los creadores que no participan ni se
dejan invitar. O el prejuicio similar de que “los programas de
cultura son aburridos”, y en este sentido la sugerencia de “una
oportunidad interesante en la difusión de contenido cultural con
otra presentación, incluso con otro nombre: es tan amplia la
variedad de temas que abarca el periodismo cultural, que muchas veces
no nos damos cuenta de que estamos viendo televisión cultural”. Y
la incitación a “hacer valer nuestros derechos como televidentes”,
particularmente en los medios públicos, tal vez mediante la creación
de observatorios ciudadanos de medios.
También se habló
de la migración de los espectadores de la televisión a plataformas
de distribución de video on demand por internet, y de “nuevos
estilos de creación de contenidos” forzados por una generación de
televidentes jóvenes. La tecnología ofrece la posibilidad de crear
producciones audiovisuales de buena calidad técnica a un menor
costo, disponibles para todas las personas con acceso a una conexión
de internet.
La crítica
El periodismo
cultural puede ser una herramienta adecuada para fundar una crítica
de la creación artística, tanto como de las políticas y las
expresiones culturales. Los recursos técnicos y los principios
éticos, la amplitud temática y la riqueza narrativa del periodismo
cultural pueden ser una base firme para construir y soportar el
ejercicio de una crítica del arte y la cultura, que en
Aguascalientes se reconoce tan urgente como inexistente. Un elemento
fundamental para el crecimiento de los creadores, y para la formación
de públicos.
La condición es que
se entienda que la información es una cosa, y la opinión es otra
cosa; que el periodismo de información es una cosa, y el periodismo
de opinión es otra cosa. Y que la información siempre es anterior a
la opinión, o debe serlo. Estos son principios, con demasiada
frecuencia, ignorados por el periodismo. También por el periodismo
cultural.
La crítica, se dijo
en la “Mesa de Verano”, debe partir de "un
conocimiento profundo del tema, y de estar comprometido con el tema”.
Pero ¿por qué tenemos un periodismo cultural tan pobre?,
“simplemente porque tenemos consumidores” de ese periodismo
cultural tan pobre.
Esta
mesa también sirvió para conocer los orígenes remotos del
periodismo cultural en Aguascalientes, en el siglo XIX, prolíficos y
ambiciosos “periódicos culturales, científicos y literarios”
editados por personajes como José María Chávez, Jesús Díaz de
León o Eduardo J. Correa. Hasta los primeros años del siglo XX: “¿y
luego?, ¿qué pasó? Porque a fin de cuentas si tenemos un buen
antecedente, un buen cimiento”.
Muy recientemente,
La Jornada Aguascaliente terminó de publicar la novela por
entregas “Huracán”, del poeta José Luis Justes. Publicó, hasta
el año antepasado, el suplemento de creación y critica literaria
“guardagujas”. Y ya conocemos la experiencia de “El
Unicornio” en El Sol del Centro.
El diario El
Universal de la Ciudad de México celebró durante 2016 su
centenario y lo hizo revisando su historia editorial, en la que
aparece como un diario portador no sólo de información cultural
sino de creación artística: entre 1922 y 1925 publicó cada jueves
durante 160 semanas novelas cortas -por ejemplo, una reedición de
“Los de abajo” de Mariano Azuela- en folletines de 32 páginas en
un octavo de pliego que acompañaban a su revista “El Universal
Ilustrado”, con tiros de 50 mil ejemplares.
Una iniciativa
parecida, muy posterior, fueron los Libros de La Prensa, el diario
sensacionalista también de la capital, que durante varios años
publicó -aunque en ediciones separadas del periódico- novelitas
policiacas o de casos criminales que ocasionalmente admitían también
historia o biografía.
La prensa sí puede
cumplir un propósito de divulgación del arte, además de los que se
le suponen intrínsecos: de información y crítica.
La formación
El periodismo -el
periodismo cultural- es un oficio. Y como cualquier otro oficio, hay
dos maneras de aprenderlo: en una escuela, o junto a un maestro en su
práctica diaria.
Pero en
Aguascalientes ninguna universidad enseña específicamente
“periodismo cultural”, ni siquiera como una materia opcional, o
en un curso de verano. Nada. Y de los periódicos, ni hablar: ya se
dijo cómo la única sección de información cultural en
Aguascalientes desapareció quince meses antes.
Más que una
especialidad del periodismo, el periodismo cultural es una mirada
singular de la realidad, se dijo durante el Coloquio de Periodismo
Cultural, organizado en torno de la discusión sobre la formación
-académica y profesional- de los periodistas culturales en
Aguascalientes.
En esa jornada quedó
claro que en Aguascalientes se carece de periodistas, en cantidad y
en calidad, y que las universidades no los forman. Porque a los
estudiantes no les interesa el periodismo, ni mucho menos el
periodismo cultural. Sus intereses van hacia el espectáculo más
banal, porque sus intereses vocacionales y profesionales son así de
superficiales.
Así es que, además
de seguir insistiendo en colocar al periodismo cultural en el
horizonte profesional de los estudiantes universitarios, y ante la
ausencia de políticas públicas del ICA y del IMAC para
desarrollarlo como una forma de comunicación cultural, tal vez la
salida se encuentra en la apelación directa a los creadores y sus
públicos: el aprendizaje del periodismo cultural como un oficio, en
talleres libres con lectores y creadores y promotores, y la formación
de un público enterado, riguroso, exigente.
Los públicos
Cultura es todo lo
que hacemos, y cómo lo hacemos.
Si todo es cultura,
el periodismo cultural puede ocuparse de cualquier tema, si se
refiere a esos lentísimos, imperceptibles, muy profundos cambios en
nuestro modo de ser y de hacer, que se mantienen ocultos debajo de la
frágil superficie de la vida diaria.
Si todo es cultura,
el periodismo cultural puede aspirar a llegar a cualquier público.
Si logra tocar su vida cotidiana. Si logra mostrar al arte como una
manifestación sublimada de la cultura que desde las raíces define
nuestra identidad, que nos conforma como una comunidad.
Si organizamos un
acto cultural, es frecuente que llegue menos gente que la deseada.
Entonces, buscando explicaciones o asignando culpas, decimos que “no
hubo difusión”.
Pero realmente debe
decirse que hubo una mala difusión: insuficiente, inoportuna o, más
comúnmente, impertinente. Es decir, que falló alguna forma de
periodismo cultural.
¿Quiénes queríamos
que vinieran?, ¿esos que queríamos que vinieran, cómo se enteran
de lo que les interesa?, ¿fuimos ahí a donde ellos se enteran para
enterarlos, con el lenguaje al que están acostumbrados?, ¿utilizamos
los recursos del periodismo cultural más adecuados precisamente para
esas personas, esos intereses, esas plataformas?
Reporteros,
articulistas, editores, propietarios, anunciantes, programadores,
artistas, académicos, estudiantes... y los públicos: lectores,
radioescuchas, televidentes, seguidores de blogs y de muros en redes
virtuales... Todos somos parte del problema. Por tanto, todos podemos
ser parte del principio de una solución: ¿por qué es tan escaso y
tan mediocre el periodismo cultural en Aguascalientes? En la “Mesa
de Invierno”, la más reciente y la última organizada con el apoyo
de ésta beca del PECDA, conocimos dos experiencias elocuentes.
Una independiente,
la del Grupo Informativo A Escena, formado hace catorce años por
periodistas culturales independientes, especializadas en las artes
escénicas y particularmente en el teatro, que trabaja en prensa,
radio e internet, que intentó una “escuela del espectador” en
Aguascalientes, y que se ha atrevido a entregar premios honorarios
del público a la gente de teatro.
Otra institucional,
la de la serie radiofónica “Cultura radiante” que el IMAC
produce semanalmente en Radio UAA, con antecedentes en la antepasada
administración municipal de Aguascalientes, que procura manifestarse en múltiples plataformas para alcanzar un público más amplio y que se empeña en convertirse en una referencia con autoridad propia.
Lo que le da sentido
al periodismo -lo que le da sentido al periodismo cultural- es el
público. Un periodismo ajeno al público, literalmente, no tiene
sentido. El periodismo cultural ha de tener el propósito de
contribuir a la formación de públicos, o será un ejercicio
estéril.
Qué hacer
Los caminos abiertos
luego de un año de trabajo del Seminario de Periodismo Cultural en
Aguascalientes son entusiasmantes, desafiantes.
En el Coloquio de
Periodismo Cultural se confirmó la intuición de que no hay interés
en el periodismo, ni particularmente en el periodismo cultural, entre
los estudiantes universitarios, que pronto se incorporarán como
profesionales a los medios de comunicación.
Como “retribución
social” por la beca del PECDA, se ofreció una amplia conferencia a
integrantes del Laboratorio Universitario de Periodismo Locus de la
UAA. Además, un taller de periodismo cultural a estudiantes
universitarios de comunicación y de relaciones públicas agrupados
por el IMAC en la Universidad La Concordia. En ambos casos, la
asistencia fue mínima, distraida. Son tan pocos los estudiantes
universitarios mínimanente interesados, en la universidad pública y
en las universidades privadas, que debe ser sencillo -y se intentará-
agruparlos en un Taller Universitario de Periodismo Cultural.
Por otra parte, como
resultado del mismo Coloquio de Periodismo Cultural, se gestionó la
donación de los libros actualmente en circulación de la Colección
Periodismo Cultural de la Secretaría de Cultura, para su difusión y
su libre consulta en Aguascalientes. Llegaron el jueves 23 de
febrero, al Pabellón Antonio Acevedo Escobedo de la Biblioteca
Enrique Fernández Ledesma del ICA, para su libre consulta en el
sitio por cualquiera interesado. Ahora mismo imagino posibles usos de
esa colección.
Por ejemplo, la
convocatoria a un Concurso de Lectura de la Colección Periodismo
Cultural, del que la entrega de los premios permitiría invitar a
Aguascalientes a los autores de los libros correspondientes, y su
encuentro con periodistas culturales, estudiantes y maestros
universitarios. La colección permitirá también iniciar un Centro
de Información de Periodismo y Cultura, al que se agregarán
programas de televisión y radio de productores de Aguascalientes con
premios nacionales e internacionales. Con esto se iniciará el Radio
TV Club que reunirá regularmente a radioescuchas y
tevespectadores a conversar, en presencia de los realizadores, sobre
el periodismo cultural en la radio y la televisión de
Aguascalientes.
Si cultura es todo
lo que hacemos y cómo lo hacemos, si la cultura en efecto construye
comunidad e identidad, el periodismo que acompaña a la cultura debe
participar sin duda en este proceso, un proceso finalmente político.
El periodismo
cultural: el periodismo de lo que toca a nuestra vida cotidiana, el
periodismo que observa y documenta esos cambios imperceptibles a
primera vista, esos cambios profundos que a veces se manifiestan sólo
después de una generación, o más.
El periodismo
cultural como parte de una política pública, si ignorada por las
instituciones, construida desde la sociedad civil. El periodismo
cultural como parte consciente de una política de formación de
públicos para el arte y la cultura.