viernes, 8 de octubre de 2010

Mi voto a la radio para los niños

Me invitaron a participar en el concurso de programas radiofónicos convocado por la octava Bienal Internacional de Radio, como uno de los tres jurados en la categoría de programas para niños. Hoy viernes, 8 de octubre, durante la clausura al mediodía se anunciaron los programas ganadores, por lo que ya puedo publicar aquí mi voto particular, y mis comentarios acerca de la decisión final.

Acepté ser parte del jurado aunque el concurso de la Bienal se ha distinguido durante sus catorce años por sus criterios viejos, convencionales, timoratos. En éste caso, conocí los nombres de mis compañeras dos semanas antes de la deliberación final, y quiero decir que desde entonces y hasta la firma del acta oficial no me he sentido orgulloso de ellas, precisamente por ese prejuicio que encontré fundado: Martha Romo, creadora de Radio Rin -¡hace veinte años!-, y Maru Enríquez, cantante y locutora.

Yo espero haber aportado la experiencia de nuestro trabajo de quince años en la investigación y la promoción de la radio para los niños con una perspectiva comunitaria, la organización de cuatro encuentros regionales de productores y la convocatoria a un premio de tesis universitarias sobre la radio y los niños.

Esa experiencia, pero sobre todo la actitud correspondiente: importa animar ensayos colectivos, que como principio aspiren a la trascendencia, en espacios sociales como la escuela y el barrio, que apuesten por la presencia de los niños no como coartada sino como condición, que sueñen con una radio con imaginación y respeto a los deseos y la inteligencia de los niños.

Durante las dos reuniones del jurado para decidir a los ganadores me empeñé en que no premiáramos lo que se ha hecho hasta ahora, sino posibles rutas de fuga hacia la nueva radio para los nuevos niños. Sin ignorar a la calidad radiofónica como prueba suprema (tanto en producciones profesionales, institucionales o independientes, como en producciones amateurs). Nueva radio en temas, sí, pero sobre todo por sus exploraciones y toma de riesgos en formatos y géneros.

Mi única duda para "Sabines en sueños", de radiombligo de Chiapas, ganador del primer lugar, era si podía considerarse como un programa para niños. Por fortuna para todos, desde el inicio de la discusión entendimos que la poesía es para cualquiera, y particularmente para los niños, de cualquiera edad. Me parece una pieza radiofónica muy cercana a la perfección -por el tema, el guión, las voces, el ritmo, el uso de la voz del poeta... emocionante y conmovedora-, y la rúbrica sin duda hubiera sido la ganadora si existiera esta categoría.

Insistí en la posible premiación a un programa de radio arte para niños, producido por La Tribu, vanguardia de la radio comunitaria en Buenos Aires: "En la boca no", que yo propuse para el segundo lugar. Sigo convencido de que deben alentarse intentos como éste de ofrecer a los niños nuevas formas de hacer y escuchar la radio, además con una excelente calidad. La objeción fue acerca de su contenico, que en parte reproduce y exalta valores políticamente incorrectos. Como si los niños no vivieran en una realidad así, con tales estímulos y lenguaje. Y también fue esa irreverencia lo que me encantó.

"Viaje al mundo de la imaginación", de la Universidad de Colima, ganador del segundo lugar, me pareció desde que lo escuché que debería haber sido el gran ganador. Pero me decepcionó entrañablemente saber que es un programa viejo, que no se ha replicado de ninguna forma, que se había presentado a concurso repetidas veces. Eso contradecía mi argumento principal, de manera que finalmente yo lo hubiera quitado sin más de entre los ganadores.

No lo hice porque así el resto del jurado hubiera subido todavía más un programa que a mí nunca me pareció merecedor de ningún reconocimiento pero que finalmente quedó en el tercer lugar: "Microbitos", del Instituto Mexicano de la Radio, un programa mal hecho que fue mencionado y por fin premiado sólo por el tema que trata. No fui capaz de convencerlas de que no basta un tema "necesario y urgente", independiente de su mal tratamiento que no excusa la transmisión en vivo.

Para el tercer lugar, o quizá para el segundo si se movía el radio arte, mi propuesta fue "Independencia, un sueño de 200 años", una producción de Radio Universidad Veracruzana sobre la presencia de Morelos en Córdoba. Una inmejorable obra de radio didáctica que sucede en un salón de clase y el patio de recreo, con la maestra y sus alumnos muy verosímiles -gran trabajo de guión y de voces-, una clase de historia que demuestra que la radio puede ser un buen recurso de educación. La objeción: ¡que tiene mucha violencia!, ¡si hablamos de la revuelta por la independencia!

El jurado decidió que no habría una mención honorífica. Para estas yo tenía dos propuestas, sólo aparentemente contradictorias con mi argumento central de animar la innovación hacia el futuro de la radio para los niños: "¡A bailar, niños!", de Cosquillas, un gozoso y muy bien hecho programa para poner a bailar a los niños, y otro programa argentino, "Cuenta que te cuenta", donde la voz absolutamente expresiva basta para contar un cuento. El regreso a lo elemental, a la radio pura.

En cambio consideramos, y finalmente desechamos, por una parte "Riofaunando" que contiene muy buenas canciones compuestas e interpretadas por el mismo equipo de producción y una narración que fluye hasta el mensaje final: contra la contaminación de los ríos; pero hay una confusión de géneros y formatos que muy probablemente no podría seguir un niño promedio. También consideramos dos programas indigenistas, "Oquichpilillo (niño querido)" -que a mí me hubiera satisfecho particularmente porque se refiere a la cultura tenek, de San Luis Potosí- y "Conservando nuestro idioma indígena", que asimismo desechamos porque su ritmo obliga a una atención especial que no se encuentra en los niños promedio.

Aquí termina mi participación en ésta octava Bienal Internacional de Radio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que pesado es lidiar con mentes viejas que no buscan en la innovación la propuesta.. es algo difícil crear,no siempre se encuentra la inspiracón.. pero es lo que debería correr por las venas de los radialistas y más para los que se dedican a los niñ@s.
gracias por estas propuestas que mencionas, las escuchare. y
Te felicito porque eres de lo primeros que me reafirma lo que pienso.
Espero estar en contacto contigo para poder platicar..

se despide de ti Lizeth