viernes, 24 de febrero de 2017

El periodismo cultural en Aguascalientes. Un año

El periodismo cultural que se hace y se lee -se escucha, se mira, se sigue- en Aguascalientes es escaso y mediocre. Es un problema complejo, son numerosos y diversos sus agentes, y por tanto su solución también es compleja, y cada parte debe hacerse cargo de su posición en este círculo vicioso y comprometerse a ubicar y seguir puntos de fuga, a reconocer y fortalecer los espacios de contacto con el conjunto de protagonistas: periodistas, editores, propietarios y directores de medios (privados y públicos), anunciantes, estudiantes y sus maestros, investigadores...

Y los públicos: lectores, radioescuchas, televidentes, seguidores de blogs y redes virtuales, periodistas amateurs. Públicos acostumbrados y conformados por una oferta ocasional, mal hecha, y así condicionados a una demanda poco exigente y rigurosa.


El proyecto

El Seminario de Periodismo Cultural en Aguascalientes se ha propuesto como un espacio para la documentación y la reflexión sobre el periodismo cultural que se ha hecho, que se hace, que se debe hacer y que se puede hacer en Aguascalientes, en todas sus formas y plataformas, por los periodistas y por los lectores interesados en el arte y la cultura en la región. El periodismo cultural se entiende como el periodismo que acompaña a la cultura.

El objetivo del proyecto ha sido la integración de un seminario que documente y organice la discusión acerca del periodismo cultural en Aguascalientes. Aprobado para participar en el Programa de Estímulo a la Creación y el Desarrollo Artístico de Aguascalientes (PECDA), durante el año 2016 el seminario ofreció organizar cuatro mesas de discusión sobre el periodismo cultural en Aguascalientes, así como el diseño y puesta en línea de un sitio en internet, abierto e interactivo.

Al final del ciclo que se inició en febrero de 2016, y que culmina ahora, el Seminario de Periodismo Cultural en Aguascalientes logró, con la beca del PECDA, consolidarse como un espacio permanente de encuentro y reflexión sobre el periodismo cultural en Aguascalientes, visibilizarse en medios de comunicación y universidades, vincularse con instituciones públicas y privadas, federales, estatales y municipales, y asegurar su continuación con otros patrocinios y con recursos propios.

Durante estos doce meses fue posible convocar no a cuatro sino a cinco mesas de discusión, con la regularidad comprometida. Todas las participaciones fueron grabadas, y se encontrarán en internet para continuar la conversación:

  • “Mesa de Primavera. El periodismo cultural en la radio y la televisión de Aguascalientes”, con Jaime Arteaga y Humberto Capetillo, el jueves 4 de febrero de 2016 en CIELA Fraguas.

  • “Mesa de Verano. La crítica del arte y la cultura en Aguascalientes”, con Juan Castañeda, Rodolfo Popoca y Sofía Ramírez, el viernes 8 de julio de 2016 en CIELA Fraguas.

  • “Coloquio de Periodismo Cultural. La formación de los periodistas culturales en Aguascalientes”, con Manuel Appendini, Salvador de León y Paula Nájera (“La formación académica de los periodistas culturales en Aguascalientes”), y con Edilberto Aldán, Ángel Mejía, Julieta Orduña y Alan Santacruz (“La formación práctica de los periodistas culturales en Aguascalientes”), el sábado 29 de octubre de 2016 en el Archivo General Municipal.

  • “Mesa de Invierno. El periodismo cultural y la formación de públicos”, con Miryam Almanza, Luis Arturo Rosas Malacara e Itzel Ruiz Sosa, el viernes 3 de febrero de 2017 en el Pabellón Antonio Acevedo Escobedo.

Además, se organizaron la conferencia “José Emilio Pacheco, periodista”, por Edilberto Aldán, el miércoles 29 de junio de 2016 en el Pabellón Antonio Acevedo Escobedo, y la presentación editorial en Aguascalientes de la Colección Periodismo Cultural de la Secretaría de Cultura federal, por Mireya Vega y Carlos Reyes Sahagún (tutor del proyecto por el PECDA), el sábado 29 de octubre de 2016 en el Archivo General Municipal.

El trabajo del Seminario de Periodismo Cultural en Aguascalientes fue posible durante este año con los recursos del PECDA, pero también con diversos apoyos del Centro de Investigación y Estudios Literarios de Aguascalientes (CIELA Fraguas) y del Pabellón Antonio Acevedo Escobedo de la Biblioteca Enrique Fernández Ledesma, del Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA), además de la participación del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (IMAC), del Departamento de Comunicación de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), y de la Subdirección de la Colección Periodismo Cultural de la Secretaría de Cultura federal.

Por otra parte, la “retribución social” por la beca del PECDA permitió continuar el proyecto hacia otros públicos, y colaborar con otras instituciones. Para cumplir con este compromiso impuesto por la convocatoria, se ofrecieron las siguientes acciones:

  • Un taller de periodismo cultural de 10 horas en el Centro Gerontológico del DIF estatal, con nueve de sus usuarios y colaboradores, el lunes 5, el martes 6, el miércoles 7, el jueves 8 y el lunes 12 de septiembre de 2016.

  • Un taller de periodismo cultural de 10 horas en la Universidad La Concordia, con diecisiete estudiantes de comunicación y relaciones públicas que han sido o podrían ser colaboradores del IMAC, el sábado 21 y el sábado 28 de enero de 2017.

  • La conferencia “El periodismo que acompaña a la cultura”, a nueve colaboradores del Laboratorio Universitario de Periodismo de la UAA, el viernes 28 de octubre de 2016.

Las mesas de discusión, de acuerdo con el proyecto aprobado por el PECDA, fueron registradas en audio, transcritas y editadas para su publicación en internet, provisionalmente en el blog interactivo aguascultura.wordpress.com/seminario

En Facebook se crearon “eventos” para anunciar la “Mesa de Primavera”, la “Mesa de Verano”, el Coloquio de Periodismo Cultural y la “Mesa de Invierno” del Seminario de Periodismo Cultural en Aguascalientes, en donde se encuentran fotografías, presentaciones curriculares de los participantes, y enlaces a diversas publicaciones relacionadas con su difusión y cobertura.


Los orígenes

El origen del Seminario de Periodismo Cultural en Aguascalientes es la celebración del milagroso primer aniversario de la sección de información cultural que durante catorce meses edité en el diario El Sol del Centro. Desde el viernes 19 de septiembre de 2014 hasta el martes 1 de diciembre de 2015, se publicaron 295 páginas de información cultural, de lunes a viernes. A veces, dos y hasta tres notas. Siempre, con dos o tres fotografías, también propias. Resúmenes de todas estas publicaciones se encuentran en la página www.facebook.com/laculturaenelcentro en donde la víspera se publicaba un adelanto. (De esta manera se procuraba que aumentara la compra del periódico impreso al día siguiente, aunque es imposible tener información al respecto).

Se propuso al Centro de Investigación y Estudios Literarios de Aguascalientes (CIELA Fraguas) del Instituto Cultural de Aguascalientes, entonces a cargo de la maestra Mariana Torres Ruiz, que se organizara ahí una mesa redonda para platicar del periodismo cultural en Aguascalientes. En CIELA Fraguas yo había estado coordinando un taller de periodismo cultural, que se inició en febrero de 2013 y fue suspendido, con todos los demás talleres libres, en junio de 2016, y que durante siete generaciones atendió a 35 personas de diversas edades, formaciones e intereses.

La maestra Mariana Torres Ruiz aceptó la idea, pero la tomó para realizarla como parte del programa de la Feria del Libro Aguascalientes, de la que también era responsable. La mesa “El periodismo que acompaña a la cultura” sucedió el domingo 27 de septiembre de 2015, en el segundo patio de la Casa de la Cultura Víctor Sandoval. Participaron Ricardo Esquer (escritor), Salvador de León (académico) y Julieta Orduña (periodista), y yo mismo como moderador.

Durante la preparación de esta mesa entendí que se trataba de un ejercicio necesario, que no sólo debería repetirse sino que debería ser regular. Al menos en cada una de las estaciones del año. De manera que esa mesa inicial habría sido la “Mesa de Otoño” de 2015, y de ahí se desprendió lo que sería la “Mesa de Invierno”: el jueves 4 de febrero de 2016 (en CIELA Fraguas) Ricardo Esquer habló -con comentarios de Gustavo Meza- de la experiencia del suplemento literario dominical “El Unicornio” que El Sol del Centro, entonces dirigido por José Ángel Martínez Limón, publicó de 1983 a 1990.


La cultura en el centro

La de El Sol del Centro fue la única sección de información cultural en la prensa de Aguascalientes durante aquellos catorce meses. No tenía antecedentes, y aun ahora no tiene réplicas.

El único otro diario que publica información cultural, que es La Jornada Aguascalientes, primero no publica todos los días, segundo no publica sólo información propia (casi siempre copia textualmente, sin ninguna edición, los boletines de prensa que producen el Instituto Cultural de Aguascalientes, el Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura, la Universidad Autónoma de Aguascalientes, o la Secretaría de Cultura federal, aunque ciertamente mantiene la decencia de mencionarlo: “Con información de...”), y tercero no siempre se refiere específicamente o exclusivamente a lo que sucede en Aguascalientes o lo que hacen los creadores o los promotores del arte y la cultura de Aguascalientes.

Dicho de otra manera, éstas fueron las características formales de la sección de información cultural de El Sol del Centro: primero, se publicaba regularmente, todos los días (de lunes a viernes); segundo, nunca reprodujo boletines de prensa, aunque desde luego los utilizaba (sí reproducía fotografías generadas por instituciones o artistas, no sólo porque no siempre era posible tener las dos o tres imágenes con las que se acompañaba cada texto, sino porque ésas fotografías tenían un valor informativo insustituible).

Tercero, lo más importante en aquel proyecto de información cultural: su propósito expreso era no sólo dar cuenta puntual y oportuna de lo que sucedía en el arte y la cultura de Aguascalientes sino, sobre todo, a partir de esto contribuir a la construcción del orgullo de ser y estar en Aguascalientes.

Con una visión glocal, la sección de información cultural de El Sol del Centro atendía exclusivamente a lo que sucedía en Aguascalientes, a lo que hacían -dentro y fuera de Aguascalientes- los creadores locales, o a lo que sucedía en el exterior que se refería al arte y la cultura de Aguascalientes.

Para lograrlo, no sólo atendía la información de la cartelera (efemérides, inauguraciones, estrenos, presentaciones y festivales), sino que además se interesaba por el amplio universo de la cultura que se encuentra en la calle, el gran surtidor de temas y personajes para el periodismo cultural.

Por otra parte, además de las fuentes institucionales, procuraba acercarse directamente a los artistas, foros y festivales independientes.

Finalmente, ofrecía no sólo la noticia convencional, sino que con frecuencia utilizaba otros géneros del periodismo para satisfacer a su público, que sabía muy diverso (y poco habituado a la temática y la narratividad propías del periodismo cultural): entrevista, reportaje, crónica, ensayo.

Esto es, los géneros propios del periodismo de información cultural, que eventualmente podrían sustentar un inicio para el inexistente, indispensable, ahora paupérrimo periodismo de opinión cultural en Aguascalientes: la crítica.

Los antecedentes lejanos de la sección de información cultural de El Sol del Centro se encuentran -¡en 1998!- en la propuesta de una “plana nacional cultural” para los -entonces- 56 diarios de Organización Editorial Mexicana.

Con este esquema, en la redacción de El Sol de México -además de la actualización diaria de las páginas en internet de todos los diarios de OEM- se preparaba, todos los días, una página con un resumen de información nacional e internacional, que compartían como portada de una sección secundaria todos los periódicos de la cadena.

La propuesta fue aceptada por el vicepresidente de información Guillermo Chao, pero se canceló por repentinos cambios directivos justo cuando estaba lista para iniciar su publicación: la nueva directora nacional de información, Pilar Ferreira, por fin removida recientemente, nunca se interesó por la información cultural. Lo habitual.

Mucho después inicié -en octubre de 2010- la publicación de la columna semanal “De cultura”, que se publicaba en un suplemento político encartado los martes en siete diarios de OEM: El Sol de México, el periódico insignia de la cadena, y además en El Sol del Bajío, El Sol de Cuernavaca, El Sol de Tlaxcala, El Sol de Toluca, Diario de Xalapa, y El Sol del Centro en Aguascalientes.

Compilé 165 de esas columnas -que publiqué hasta febrero de 2014- en el libro “Mil y un días De cultura”, una edición de autor de muy pequeño tiraje que circuló desde junio de 2014, particularmente en Aguascalientes.

Con estos insistentes antecedentes, luego de cuatro años de insistencia ya en Aguascalientes, y tal vez debido a algún impacto decisivo por la publicación de este libro, por fin se aceptó iniciar la sección de información cultural de El Sol del Centro, como ha sido descrito, con la dirección de Francisco Gamboa. Hasta el día en que, sencillamente, el nuevo director Mario Mora me dijo que le habían ordenado que ya no pagara honorarios, y jamás fue posible mi incorporación formal a la nómina del periódico. Ya se sabe: “no hay dinero”.

La sección de información cultural de El Sol del Centro se suspendió mucho antes de poder empezar a caminar hacia lo que era su próximo horizonte: iniciar o fortalecer las secciones correspondientes en los diarios de OEM de la región (El Occidental en Guadalajara, El Sol de San Luis en San Luis Potosí, dirigido por el mismo José Ángel Martínez Limón de tan grata memoria para el periodismo cultural en Aguascalientes, El Sol de Zacatecas), pese a alguna colaboración incidental con Diario de Querétaro y El Sol de Morelia: así ha tenido que suspenderse el primer intento del proyecto -no olvidado, todo lo contrario- para fundar una agencia regional de información cultural.

¿Por qué menciono todo esto, tan personal, tan aparentemente ajeno al tema? Porque, creo, dibuja las condiciones en las que se intenta hacer y publicar periodismo cultural en México, y en Aguascalientes.

Ciertamente, la hechura del periodismo cultural en Aguascalientes es más, mucho más, el resultado de la obstinación personal de los periodistas, que de una estrategia empresarial de los anacrónicos empresarios, o que de una política pública de las pasmadas autoridades culturales o universitarias.

El modelo de negocios de las empresas periodísticas de Aguascalientes, que inevitablemente (que evidentemente) condiciona el modelo de periodismo de tales empresas, no se basa en la relación de los periódicos con sus lectores.O mejor: sí se basa en la relación del periódico con sus lectores, pero los únicos lectores que les interesan son sus patrocinadores -en las oficinas de prensa gubernamentales-, que acaso los leen sólo para asegurarse de que se publicó lo que pagaron por que se publicara.

Los lectores de los periódicos impresos de Aguascalientes -y los radioescuchas de las radiodifusoras, y los televidentes de las televisoras-, en el caso particular del arte y la cultura, no son los creadores o sus públicos. Sus lectores son sus patrocinadores: sus lectores son funcionarios o burócratas estatales y municipales y universitarios. Pocos y desinteresados.

Es la realidad del periodismo en Aguascalientes: las empresas periodísticas son más empresas que periodísticas. Buscan legítimamente la ganancia de su operación pero, con más o menos cinismo, ignoran que el periodismo es un servicio público, y renuncian a la búsqueda de soluciones alternativas para hacerlo sustentable en el sentido contrario al habitual: los lectores. Y los lectores pagan este desprecio con su propio desprecio: (casi) nadie lee periódicos en Aguascalientes.

Procurando un espacio para continuar mi sección de información cultural, Agustín Lascazas, subdirector general de Hidocálido, poeta, se quedó en el lugar común de que “la gente no lee”, no le interesa la cultura, no compra cultura. Edilberto Aldán, director editorial de La Jornada Aguascalientes, narrador, me dijo con una franqueza que sigo agradeciendo que no me ofrecía empleo porque la paga era indigna.

Y se cierra el círculo perverso. Si la gente no lee periódicos, y si a los periódicos los únicos lectores que les importan son sus patrocinadores gubernamentales, si las universidades no han podido o no han querido animar vocaciones hacia el periodismo, si en el horizonte profesional de los estudiantes -y de los investigadores- no se encuentra el periodismo cultural...

Todavía ahora, quince meses después de que se publicó por última vez la sección de información cultural de El Sol del Centro, ocasionalmente me encuentro con quienes, incluso compañeros periodistas, bondadosamente me preguntan “¿cómo va tu columna?” No era una columna sino una sección, aunque al final inició una columna informativa que ya no hubo tiempo de desarrollar; y lo más importante: si en quince meses no se enteraron de su muerte, puedo imaginar que tampoco se interesaron por su salud durante su breve vida.


La radio y la televisión

Las consideraciones que hago acerca del periodismo cultural, desde luego, las hago válidas no sólo para lo que más conozco, que es el periodismo impreso. Creo que valen asimismo para la radio o la televisión, para cualquier plataforma o “soporte”. Así lo confirmamos en la “Mesa de Primavera”, que dedicamos a platicar sobre el periodismo cultural en la radio y la televisión de Aguascalientes.

La cultura sí le interesa a los públicos de la radio y la televisión, se dijo ahí: “el periodismo es algo más que la vulgaridad de las planas policiacas”, al público pueden gustarles los reportajes amplios de temas históricos, por ejemplo. Aunque el periodismo cultural, particularmente el que se hace en la radio y la televisión, sigue sujeto a los prejuicios de los más viejos (envejecidos) editores y directores: “lo más importante es la publicidad”, un principio por el que puede llegarse a mutilar un programa para insertar un anuncio comercial. Una conclusión provisional: “al público le interesa la cultura, solamente hay que dársela, y también es importante encontrarse con directivos interesados en el tema”.

Como complemento del problema, el prejuicio apresurado de que “la televisión es una caja idiota que seca los cerebros de los televidentes”, y de ahí el desprecio del medio por los creadores que no participan ni se dejan invitar. O el prejuicio similar de que “los programas de cultura son aburridos”, y en este sentido la sugerencia de “una oportunidad interesante en la difusión de contenido cultural con otra presentación, incluso con otro nombre: es tan amplia la variedad de temas que abarca el periodismo cultural, que muchas veces no nos damos cuenta de que estamos viendo televisión cultural”. Y la incitación a “hacer valer nuestros derechos como televidentes”, particularmente en los medios públicos, tal vez mediante la creación de observatorios ciudadanos de medios.

También se habló de la migración de los espectadores de la televisión a plataformas de distribución de video on demand por internet, y de “nuevos estilos de creación de contenidos” forzados por una generación de televidentes jóvenes. La tecnología ofrece la posibilidad de crear producciones audiovisuales de buena calidad técnica a un menor costo, disponibles para todas las personas con acceso a una conexión de internet.


La crítica

El periodismo cultural puede ser una herramienta adecuada para fundar una crítica de la creación artística, tanto como de las políticas y las expresiones culturales. Los recursos técnicos y los principios éticos, la amplitud temática y la riqueza narrativa del periodismo cultural pueden ser una base firme para construir y soportar el ejercicio de una crítica del arte y la cultura, que en Aguascalientes se reconoce tan urgente como inexistente. Un elemento fundamental para el crecimiento de los creadores, y para la formación de públicos.

La condición es que se entienda que la información es una cosa, y la opinión es otra cosa; que el periodismo de información es una cosa, y el periodismo de opinión es otra cosa. Y que la información siempre es anterior a la opinión, o debe serlo. Estos son principios, con demasiada frecuencia, ignorados por el periodismo. También por el periodismo cultural.

La crítica, se dijo en la “Mesa de Verano”, debe partir de "un conocimiento profundo del tema, y de estar comprometido con el tema”. Pero ¿por qué tenemos un periodismo cultural tan pobre?, “simplemente porque tenemos consumidores” de ese periodismo cultural tan pobre.

Esta mesa también sirvió para conocer los orígenes remotos del periodismo cultural en Aguascalientes, en el siglo XIX, prolíficos y ambiciosos “periódicos culturales, científicos y literarios” editados por personajes como José María Chávez, Jesús Díaz de León o Eduardo J. Correa. Hasta los primeros años del siglo XX: “¿y luego?, ¿qué pasó? Porque a fin de cuentas si tenemos un buen antecedente, un buen cimiento”.

Muy recientemente, La Jornada Aguascaliente terminó de publicar la novela por entregas “Huracán”, del poeta José Luis Justes. Publicó, hasta el año antepasado, el suplemento de creación y critica literaria “guardagujas”. Y ya conocemos la experiencia de “El Unicornio” en El Sol del Centro.

El diario El Universal de la Ciudad de México celebró durante 2016 su centenario y lo hizo revisando su historia editorial, en la que aparece como un diario portador no sólo de información cultural sino de creación artística: entre 1922 y 1925 publicó cada jueves durante 160 semanas novelas cortas -por ejemplo, una reedición de “Los de abajo” de Mariano Azuela- en folletines de 32 páginas en un octavo de pliego que acompañaban a su revista “El Universal Ilustrado”, con tiros de 50 mil ejemplares.

Una iniciativa parecida, muy posterior, fueron los Libros de La Prensa, el diario sensacionalista también de la capital, que durante varios años publicó -aunque en ediciones separadas del periódico- novelitas policiacas o de casos criminales que ocasionalmente admitían también historia o biografía.

La prensa sí puede cumplir un propósito de divulgación del arte, además de los que se le suponen intrínsecos: de información y crítica.


La formación

El periodismo -el periodismo cultural- es un oficio. Y como cualquier otro oficio, hay dos maneras de aprenderlo: en una escuela, o junto a un maestro en su práctica diaria.

Pero en Aguascalientes ninguna universidad enseña específicamente “periodismo cultural”, ni siquiera como una materia opcional, o en un curso de verano. Nada. Y de los periódicos, ni hablar: ya se dijo cómo la única sección de información cultural en Aguascalientes desapareció quince meses antes.

Más que una especialidad del periodismo, el periodismo cultural es una mirada singular de la realidad, se dijo durante el Coloquio de Periodismo Cultural, organizado en torno de la discusión sobre la formación -académica y profesional- de los periodistas culturales en Aguascalientes.

En esa jornada quedó claro que en Aguascalientes se carece de periodistas, en cantidad y en calidad, y que las universidades no los forman. Porque a los estudiantes no les interesa el periodismo, ni mucho menos el periodismo cultural. Sus intereses van hacia el espectáculo más banal, porque sus intereses vocacionales y profesionales son así de superficiales.

Así es que, además de seguir insistiendo en colocar al periodismo cultural en el horizonte profesional de los estudiantes universitarios, y ante la ausencia de políticas públicas del ICA y del IMAC para desarrollarlo como una forma de comunicación cultural, tal vez la salida se encuentra en la apelación directa a los creadores y sus públicos: el aprendizaje del periodismo cultural como un oficio, en talleres libres con lectores y creadores y promotores, y la formación de un público enterado, riguroso, exigente.


Los públicos

Cultura es todo lo que hacemos, y cómo lo hacemos.

Si todo es cultura, el periodismo cultural puede ocuparse de cualquier tema, si se refiere a esos lentísimos, imperceptibles, muy profundos cambios en nuestro modo de ser y de hacer, que se mantienen ocultos debajo de la frágil superficie de la vida diaria.

Si todo es cultura, el periodismo cultural puede aspirar a llegar a cualquier público. Si logra tocar su vida cotidiana. Si logra mostrar al arte como una manifestación sublimada de la cultura que desde las raíces define nuestra identidad, que nos conforma como una comunidad.

Si organizamos un acto cultural, es frecuente que llegue menos gente que la deseada. Entonces, buscando explicaciones o asignando culpas, decimos que “no hubo difusión”.

Pero realmente debe decirse que hubo una mala difusión: insuficiente, inoportuna o, más comúnmente, impertinente. Es decir, que falló alguna forma de periodismo cultural.

¿Quiénes queríamos que vinieran?, ¿esos que queríamos que vinieran, cómo se enteran de lo que les interesa?, ¿fuimos ahí a donde ellos se enteran para enterarlos, con el lenguaje al que están acostumbrados?, ¿utilizamos los recursos del periodismo cultural más adecuados precisamente para esas personas, esos intereses, esas plataformas?

Reporteros, articulistas, editores, propietarios, anunciantes, programadores, artistas, académicos, estudiantes... y los públicos: lectores, radioescuchas, televidentes, seguidores de blogs y de muros en redes virtuales... Todos somos parte del problema. Por tanto, todos podemos ser parte del principio de una solución: ¿por qué es tan escaso y tan mediocre el periodismo cultural en Aguascalientes? En la “Mesa de Invierno”, la más reciente y la última organizada con el apoyo de ésta beca del PECDA, conocimos dos experiencias elocuentes.

Una independiente, la del Grupo Informativo A Escena, formado hace catorce años por periodistas culturales independientes, especializadas en las artes escénicas y particularmente en el teatro, que trabaja en prensa, radio e internet, que intentó una “escuela del espectador” en Aguascalientes, y que se ha atrevido a entregar premios honorarios del público a la gente de teatro.

Otra institucional, la de la serie radiofónica “Cultura radiante” que el IMAC produce semanalmente en Radio UAA, con antecedentes en la antepasada administración municipal de Aguascalientes, que procura manifestarse en múltiples plataformas para alcanzar un público más amplio y que se empeña en convertirse en una referencia con autoridad propia.

Lo que le da sentido al periodismo -lo que le da sentido al periodismo cultural- es el público. Un periodismo ajeno al público, literalmente, no tiene sentido. El periodismo cultural ha de tener el propósito de contribuir a la formación de públicos, o será un ejercicio estéril.


Qué hacer

Los caminos abiertos luego de un año de trabajo del Seminario de Periodismo Cultural en Aguascalientes son entusiasmantes, desafiantes.

En el Coloquio de Periodismo Cultural se confirmó la intuición de que no hay interés en el periodismo, ni particularmente en el periodismo cultural, entre los estudiantes universitarios, que pronto se incorporarán como profesionales a los medios de comunicación.

Como “retribución social” por la beca del PECDA, se ofreció una amplia conferencia a integrantes del Laboratorio Universitario de Periodismo Locus de la UAA. Además, un taller de periodismo cultural a estudiantes universitarios de comunicación y de relaciones públicas agrupados por el IMAC en la Universidad La Concordia. En ambos casos, la asistencia fue mínima, distraida. Son tan pocos los estudiantes universitarios mínimanente interesados, en la universidad pública y en las universidades privadas, que debe ser sencillo -y se intentará- agruparlos en un Taller Universitario de Periodismo Cultural.

Por otra parte, como resultado del mismo Coloquio de Periodismo Cultural, se gestionó la donación de los libros actualmente en circulación de la Colección Periodismo Cultural de la Secretaría de Cultura, para su difusión y su libre consulta en Aguascalientes. Llegaron el jueves 23 de febrero, al Pabellón Antonio Acevedo Escobedo de la Biblioteca Enrique Fernández Ledesma del ICA, para su libre consulta en el sitio por cualquiera interesado. Ahora mismo imagino posibles usos de esa colección.

Por ejemplo, la convocatoria a un Concurso de Lectura de la Colección Periodismo Cultural, del que la entrega de los premios permitiría invitar a Aguascalientes a los autores de los libros correspondientes, y su encuentro con periodistas culturales, estudiantes y maestros universitarios. La colección permitirá también iniciar un Centro de Información de Periodismo y Cultura, al que se agregarán programas de televisión y radio de productores de Aguascalientes con premios nacionales e internacionales. Con esto se iniciará el Radio TV Club que reunirá regularmente a radioescuchas y tevespectadores a conversar, en presencia de los realizadores, sobre el periodismo cultural en la radio y la televisión de Aguascalientes.

Si cultura es todo lo que hacemos y cómo lo hacemos, si la cultura en efecto construye comunidad e identidad, el periodismo que acompaña a la cultura debe participar sin duda en este proceso, un proceso finalmente político.

El periodismo cultural: el periodismo de lo que toca a nuestra vida cotidiana, el periodismo que observa y documenta esos cambios imperceptibles a primera vista, esos cambios profundos que a veces se manifiestan sólo después de una generación, o más.

El periodismo cultural como parte de una política pública, si ignorada por las instituciones, construida desde la sociedad civil. El periodismo cultural como parte consciente de una política de formación de públicos para el arte y la cultura.

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